Cuantos defectos pondría su abuela
en una taza de café
para que su emblema de pensante
se reemplace de otro artificio humano
que lo resguarde de águilas
y otras tormentas de propósito.
Las aves podrán ser producto de uno
o simplemente de envase:
esa será la eterna discusión
en un lugar donde los ventiladores
nos llenen de aire
en cualquier época del año,
a ver si de tanto viento
las águilas se encuentran con la lluvia
y se festeja sin consciencia.
Tal vez es lo mejor que podría pasar;
pero si las águilas no son reales...,
no sé si preguntármelo
o descifrar las consecuencias.
8/12/09
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1 comentario:
Muy interesante che, por ahora es todo lo que puedo decir. Dejame leer un poco más jeje.
Saludos.
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